No puedo más. Estoy atacá. Solo quedan 2 días para terminar el año. Tengo que hacer balance de 2010, comprar los regalos que me faltan, hacer deporte para bajar los polvorones, comer polvorones, comprar algo rojo para la noche de fin de año, buscar algo de oro para echar en la copa de champán, hacer una lista con los deseos de Año Nuevo para quemarla, comprar cerillas, quedar con las amigas que hace mucho que no veo, y con las que veo a menudo, también. Además tengo que concretar los propósitos de Año Nuevo, por que se me están acumulando y no sé de donde voy a sacar el tiempo. En Enero debería: apuntarme a informática, volver a corte y confección, apuntarme a spinning, empezar a leer cosas más profundas que Mortadelo y Filemón o el Club de la Comedia (que ya es difícil), salir a pasear con mi má, ir a tomar café con mis hermanas, je!, y gastar menos, imposible, por que todo implica soltar pasta. Lo bueno es que los propósitos se amontonan en Enero y cuando llega Febrero empiezan a desaparecer. Febrero es como el triángulo de las bermudas de los propósitos de Año nuevo, de algunos de los que desparecieron no se volvió a saber nunca más. Como aquella vez que iba a apuntarme al gimnasio, y nunca llegué a la puerta. Otro triángulo de las bermudas son los martes, por que no se entiende que todos los lunes de nuestra vida estemos empezando dieta y nunca la llevemos a cabo. No sé si a vosotros os pasará lo mismo. De hecho, yo todavía estoy intentando deshacerme de los cinco kilos del año pasado, que ahora son siete.
Bueno, pues yo voy a seguir con mi lista. Y vosotros, ya sabéis cuáles son vuestros propósitos de Año Nuevo, o no tenéis ninguno?